aparcamiento en Quintana; vuelta en SAR
la aproximación al monte sirve para calentar las piernas y... dar suelta a la lengua
en los periódicos daban que la cosecha de cereal se ha arruinado por la sequía (...)
entramos al monte y la sombra se agradece
la ruta proyectada era subir por el evidente cortafuegos pero este camino que vimos a la dcha parecía tentador
mejor por la derecha...; no, por la izquierda...
otra tentación por la derecha...¿o será ya el atajo de entrada al cortafuegos? Entré un poco por ese prado y el Garmin me dijo que todavía no era el momento de subir
Un poco más adelante, sí. Por aquí es; por ese sendero. A Dalila no le convence, pero es por ahí
en el primer repechón no hice fotos; una vez que se llega al cortafuegos ya se ve lo que queda
que ya llegamos
foto de Dalila
¡os hago una foto y me dejáis atrás!
Julio se pone a buscar senderuelas en las praderas del cordal
Rosalía tira para abajo
antes de llegar a ver la ermita encontramos esta boca de sendero hacia el valle del río Villar
al fin aparece la ermita
magnífico edificio de mampostería y ladrillo
selfie para celebrar el objetivo
por la puerta grande
una cotilla curioseando
almuerzo en el duro suelo del porche; ¡ay! un banquito, porfa, para los que vengan detrás nuestro
camino de vuelta por el lomo
poco antes de que se acabara el bosque vimos este camino a la derecha y nos tiramos por él; pensé que saldría por donde habíamos visto antes...
pero no, salió justo a esta enorme estanca
por ahí aparecimos; imposible dar con ese camino sin saberlo previamente; lo nuestro fue la suerte del que la busca, porque las otras opciones de regreso a Quintana, pasado el bosque, no me gustaban mucho (o por bordes de fincas, ahora intransitables, o dando mucha vuelta por el camino que baja siguiendo el cordal)
bajando justo por la parte inferior de la represa de la estanca
y caminito recto a Quintana
y entrando en Quintana, esta preciosa casa de entramado y adobe sobre los trigales verdes