aparcamiento en la calle de la Rosa; ida y vuelta por el mismo recorrido
cuando vamos subiendo por el camino asfaltado la peña parece estar muy lejos
el camino está asfaltado hasta las Bodegas Puelles
de la bodega salió una perrilla negra muy alegre, y su dueño detrás para que no se fuera con nosotros, pero al saludarme y ver que éramos viejos amigos de clase de francés nos dejó que nos la lleváramos y nos invitó a un vino al devolverla a casa
viento solano de costado, fresquito
entramos en el pinar y vemos que ha habido tala y el terreno está bastante sucio de ramas
para sacar la leña han hecho una pista que se ha cargado buena parte del bonito sendero que había
de viejo sendero solo queda algún rincón a mitad de subida y al final de la misma
nos olvidamos de lo del sendero y disfrutamos del lugar de la ermita porque verdaderamente delicioso
entramos por el interior
le damos la vuelta
y nos asomamos al extraordinario mirador sobre Ábalos y el valle
maravilla
bajando y con un poco de zoom, echo otra foto a la ermita de San Felices por la que iremos otro día para hacer una circular por una senda llamada "de la Lobera" que nos descubrió un ciclista que también bajó tras nosotros quejándose del destrozo que habían hecho del viejo sendero de la ermita.... grrrrr
Además del vino, Jesús Puelles nos enseñó la bodega y todo el mundo que ha creado en torno a la misma, y nos maravillamos también de que quede en este país gente tan emprendedora y tan entusiasta de su trabajo. Y por cierto, el vino, riquísimo.
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