Aparcamiento junto a la ermita de San Cristóbal de Cenzano; vuelta en SCAR
Después de dos días agobiantes de sol cabezón de primavera, la mañana estaba neblinosa y fresquita y decían que venían tormentas...; pero nosotros, ni caso: el cambio climático es como la bolsa: sube y baja todos los días para que ganen los corredores
El primer highlight de la jornada estaba tan cerca del punto de salida que...
...daban ganas de decir: "ya nos podemos ir pa casa"
Aún nos asomamos otra vez al abismo cuando la subíamos por la derecha...
...y es que como dice Julio (y ahora ya decimos todos), "es que no te cansas de verla". Hasta Greta mira extasiada
Seguimos parriba
Julio pierde la fila por ver si encuentra alguna seta: y es que...¡no se cansa de buscar!
llegamos al borde del cordal y bajamos por este senderito tan majo hasta que damos con la pista
Pasamos la valla sin mover los postes ni abrir la puerta , je je
... y como es primavera y andamos por entre pinos, nos encontramos la pista infestada de procesonarias
En cuanto podemos dejamos la pista y subimos al cordal para echar un primer vistazo: el Monte Laturce se veía entre la bruma
Pero a Ribafrecha la neblina no le sentaba nada mal (...)
Seguimos adelante por el borde del abismo
No os distraigais mucho hablando y vayáis a dar un paso atrás en falso... (!)
Mejor mirar hacia delante, donde a Trevijano parecían llegar algunos rayos de sol
Una última vista aérea con zoom al machacado pueblecito de Leza
y retomamos la pista, aunque también se puede ir por el cordal hasta que se encuentra con ella, pero el último tramo del mismo se veía algo sucio y pendiente y más seguro es caminar la pista (...a pesar de las procesionarias)
Desde la pista vemos ya el desfiladero del Leza
Parece como que estuviéramos bajando mucho
Al otro lado del valle del Mudarra vemos las eras y los corrales de Playerne donde almorzamos en familia el día de año nuevo del 2009 y donde se me ocurrió esta ruta
Vamos girando a la izquierda y empezamos a subir
Parece que sobra ropa
La pista acaba aquí
Ahora hay que subir directo a las ruinas de los corrales de Bardobeña...
pasarlos por detrás
y encarar el viejo sendero
que pasa por encima de aquellos riscos y que conserva algún murete lateral de su vieja construcción
Paso de los riscos
Tras el último giro a la izquierda aparece ya a la derecha el lomo de Villanueva y se ve un par de senderos en paralelo que llegan hasta el espinazo
Llegamos hasta el fondo del barranco donde hay una valla abierta que pasamos para girar 180º a la derecha y subir por alguno de esos dos senderos que veíamos poco antes
Como el sendero de abajo (por el que tiraba Rosalía) no estaba muy limpio, yo giré hacia arriba por la ladera (trazo azul del track) por ver si el de arriba estaba más limpio, pero de eso nada, por lo que al final subí en plan jabalí
La correcto es subir por donde habían ido mis tres compas y disfrutar luego del elegante ascenso hasta el pueblo por esta praderilla de la cara sur, aunque sea un poco más largo
La llegada a Villanueva por este lado es una preciosidad
A la iglesia no entramos porque te enzarzabas por todas partes, pero lo más bonito sin duda de la misma es esa pequeña espadaña sobre el arco de la puerta
Damos la vuelta por arriba en busca de un resguardo para almorzar
Pero antes de nada nos hacemos la selfie del día
Mientras sacábamos los bocadillos y abríamos el champán...
Rosalía se acercó a la ermita de los frailes por ver si allí se estaba mejor y se encontró a una vaca saliendo mansamente de su interior...
Se asomó al interior de la ermita y allí vio a un ternerito que debía de tener unas pocas horas de vida porque apenas se podía levantar. La madre vaca ni se inmutó al ver que Rosalía le hacía una foto. Instinto femenino: esta no es peligrosa.
Tras el almuerzo, Rosalía aún le dio unas clases a Julio sobre como pisar mejor
Así que entre la historia del ternero y la clase de fisioterapia se ganó una foto en los altares
Esos tres tíos no son mujeres ¿verdad? Qué peligro...
Al ponernos de nuevo a caminar hacia el punto de salida nos topamos de frente con una pequeña proa rocosa y sucia; el track decía que era por la izquierda (ver el croquis de antes) pero como la vaca y el ternero nos habían llevado por la derecha y se veía limpio, por allí retornamos a la pista donde habíamos dejado el coche
Rezamos a San Cristóbal para que nos protegiera en la deteriorada pista de bajada de Cenzano y dimos por concluida esta estupenda vuelta por parajes tan cercanos como perdidos
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