lunes, 30 de septiembre de 2019

ETAPA 6: BERDUCEDO - GRANDAS DE SALIME (20,5k 580+ 950-)


Etapa muy especial por el gran descenso para cruzar el río Navia por la presa del pantano de Salime

Inicio de la etapa después del café. Al fondo, la pensión-albergue del Marqués donde dormimos

Al fondo, los montes de ayer cubiertos de densa niebla

Iglesia de A Mesa. Ya Lloret había observado en otras similares que el crucero es como una "panera"

Paradiña en el flamante albergue de A Mesa (con mucha subvención europea...). Carlitos en facebook buscando el perrillo de Borres para devolvérselo a su dueño. 

Aquí se acabó mi Panasonic/Linux/Leica. Las cortinillas dejaron de abrirse y tuve que continuar fotografiando con el móvil.

Lo cierto es que los móviles hacen hoy en día tan buenas fotos como las cámaras

Buspol

 ermita de Santiago en Buspol

Valla tipo dentadura de viejo en el inicio del enorme descenso al Navia

En el 2017 esta zona sufrió un incendio y desviaron el camino por arriba. Todavía seguían en pie las indicaciones del desvío creando dudas.

Por aquí me solté del grupo y bajé solo saltando, corriendo y... adelantando peregrinos

 Impresionante desnivel

Una roca quemada que parece un gran pajarraco

 Las infraestructuras de la construcción de la presa crean un variado paisaje de ruinas

 Pregunté si el bar si el Navia era navegable para kayaks desde aquí pero no me supieron decir

Vertiginoso paso por encima de la presa

 Otro patético paisaje de ruinas: el del poblado de los constructores

Tras unas cervezas y un pequeño almuerzo en el bar que está a 1km por encima de la presa, recompusimos el grupo y seguimos más o menos juntos hasta Grandas de Salime

Peter por la carretera y detrás, la gran ladera por la que habíamos bajado

Llegada a Grandas: dejar la carretera significa subir por el monte para luego tener que bajar (grrrr) 

Carlos y yo fuimos por el sendero, pero José Luis que venía detrás, eligió la carretera y llegó a la par





Nos instalamos en el moderno y limpio Albergue Porta de Grandas (12€) , comimos muy bien en el restaurante A Reigada.


Echamos siesta, dimos una vuelta al pueblo, hicimos compras para el desayuno y cenamos pulpo (homenaje a Peter que le gusta mucho) con Jesús y José Antonio, los tarraconenses. También vimos a la pareja de Jerez. Cómo no. Y más peregrinos conocidos en el camino. ¡Y al italiano también!



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