Etapa muy especial por el gran descenso para cruzar el río Navia por la presa del pantano de Salime
Inicio de la etapa después del café. Al fondo, la pensión-albergue del Marqués donde dormimos
Al fondo, los montes de ayer cubiertos de densa niebla
Iglesia de A Mesa. Ya Lloret había observado en otras similares que el crucero es como una "panera"
Paradiña en el flamante albergue de A Mesa (con mucha subvención europea...). Carlitos en facebook buscando el perrillo de Borres para devolvérselo a su dueño.
Aquí se acabó mi Panasonic/Linux/Leica. Las cortinillas dejaron de abrirse y tuve que continuar fotografiando con el móvil.
Lo cierto es que los móviles hacen hoy en día tan buenas fotos como las cámaras
Buspol
ermita de Santiago en Buspol
Valla tipo dentadura de viejo en el inicio del enorme descenso al Navia
En el 2017 esta zona sufrió un incendio y desviaron el camino por arriba. Todavía seguían en pie las indicaciones del desvío creando dudas.
Por aquí me solté del grupo y bajé solo saltando, corriendo y... adelantando peregrinos
Impresionante desnivel
Una roca quemada que parece un gran pajarraco
Las infraestructuras de la construcción de la presa crean un variado paisaje de ruinas
Pregunté si el bar si el Navia era navegable para kayaks desde aquí pero no me supieron decir
Vertiginoso paso por encima de la presa
Otro patético paisaje de ruinas: el del poblado de los constructores
Peter por la carretera y detrás, la gran ladera por la que habíamos bajado
Llegada a Grandas: dejar la carretera significa subir por el monte para luego tener que bajar (grrrr)
Carlos y yo fuimos por el sendero, pero José Luis que venía detrás, eligió la carretera y llegó a la par
Nos instalamos en el moderno y limpio Albergue Porta de Grandas (12€) , comimos muy bien en el restaurante A Reigada.
Echamos siesta, dimos una vuelta al pueblo, hicimos compras para el desayuno y cenamos pulpo (homenaje a Peter que le gusta mucho) con Jesús y José Antonio, los tarraconenses. También vimos a la pareja de Jerez. Cómo no. Y más peregrinos conocidos en el camino. ¡Y al italiano también!
Echamos siesta, dimos una vuelta al pueblo, hicimos compras para el desayuno y cenamos pulpo (homenaje a Peter que le gusta mucho) con Jesús y José Antonio, los tarraconenses. También vimos a la pareja de Jerez. Cómo no. Y más peregrinos conocidos en el camino. ¡Y al italiano también!
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