aparcamiento en la entrada de La Estana; ida y vuelta por el mismo recorrido
El aparcamiento de La Estana da para una decena de coches
Atravesando La Estana con la Sierra del Cadí al fondo
Dos días antes esto tenía que haber estado muy mal
Salimos del pueblo por una pista en suave descenso...
...que en 600 metros llega hasta otro aparcamiento más rústico donde se inicia el sendero..., conveniente adornado de abundante cartelería y marcado con una portilla.
Intentamos caminar lo más posible sin raquetas hasta que...
...Rosalía decidió ponérselas ya
Teresa aguantó más tiempo "a bota" porque el sendero tenía muchas piedras y según en qué tramos estaba menos cargado de nieve
Yo me las puse y me las quité un par de veces porque llevaba zapatillas y no tenía polaínas, y no era cosa de hundirme en los tramos con mucha nieve
Rosalía también se las echó a la mochila cuando se cansó de andar con ellas sobre las piedras...
...y al final volvimos a calzárnoslas, y ya no nos las quitamos hasta arriba
Incluso pusimos las "alzas" traseras porque antes de llegar al último collado el sendero tiene tramos algo empinados...
...y tramos en que... ¡otra vez hay que andar entre pedruscos!
Cuando llegamos al último collado, marcado con ese mojón que se asoma por encima de la capa de nieve, pensábamos que estaba todo el trabajo hecho...
...pero aún queda una largo tramo de sendero tallado en una fuerte ladera a izquierda
por el que de tanto en tanto se colaban los rayos de sol anunciando que ya llegábamos...
...pero era que no; y el sendero aún seguía y seguía...
"Esta vez tiene que ser la buena", dije
¡y lo fue!
¡qué maravilla de lugar!
esto se merece una selfie
y un buen almuerzo
por la parte más empinada del sendero que habíamos hecho, antes de llegar al mojón del último collado, nos habían adelantado un par de espigados muchachos con esquís en la mochila; pues bien, allí los teníamos subiendo hacia aquella canal; "hazles una foto con el zoom, padre"
ahí están, zizageando con las pieles de foca
en el rato que tardamos en comernos el bocata de sardinas ya estaban dentro de la canal; al menos uno de ellos; al otro no se le ve (estaría detrás de aquella roca de la derecha)
allí les dejamos; que si laboriosa había sido la subida con raquetas, no menos trabajoso iba a ser el descenso
Y es que entre lo que se hundía la nieve y los agujeros que hacían los que subían con botas, cada paso era un ejercicio de equilibrio
ya se ve por las fotos
claro que también había rocas y rincones bonitos
y zonas más amplias donde se duplicaban las trazas
cuando llegamos a ese tramo llano donde hay otra portilla para el ganado, paramos a quitar raquetas
los tramos nevados empezaron a alterarse con los aguados y... embarrados
Ahora había que tener cuidado de no resbalar...
... o de meter el pié en el río en que se había convertido el sendero
caramba con el "paseo familiar" que dicen las guías..., será a días... jj
pero como lo que cuesta un poco se disfruta el doble, de ahí la cara de satisfacción de Teresa en el tramo de la pista que nos devuelve a La Estana...
...donde otra vez posan mis compis de aventura como unas campeonas
(solo hay una pequeña diferencia entre la subida y la bajada en un tramo en que la pendiente del sendero es bastante fuerte y en el que al no haber huella, al subir dimos un pequeño rodeo por la izquierda)
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