Llegando a la ermita de San Bartolomé por detrás
aparcamiento en la plaza de la iglesia; vuelta en SCAR
saliendo de Nestares en un día nublado y fresquito, afortunadamente sin viento
Después del derrumbe de la torre de Viguera unos días atrás valoramos mucho más el protagonismo de las torres de iglesia a la hora de dar entidad a los pueblos...
...sobre todo cuando vemos el desbarajuste que se está produciendo en sus alrededores...
¡y en la propia pista de subida, donde vemos un cartel que parece que llegó tarde....!
lo mejor de la subida por el tramo de pista son las vistas que se van ganando con la altura: al otro lado del valle, Peña Seto
por el fondo SO aparece grandioso (sobre todo con zoom) el Cabezo del SAnto
Cuando dejamos la pista que sube al Serradero y cogemos el camino a San Bartolomé nos acompaña el bosque
Salimos del bosque y avistamos de frente el camino que tenemos previsto subir y... ahhh! a la derecha una pista nueva que va por detrás de esas rocas características por donde iba un sendero por el que subimos la vez anterior (v M2 9mr22)
para atacar el viejo camino que sube al collado de Plandolavieja hay que cambiar el paso y meter una marcha corta
Al fondo a la derecha se ve ya el collado
Al llegar al collado se abre la perspectiva hacia el castillo de Viguera en la salida del valle del Iregua y nosotros giramos hacia el sur dejando la cima de Plandolavieja a la izquierda...
...y las laderas del alto de la Pradilla a la derecha, para ir por este magnífico camino en balcón hacia...
...un punto en el que se abren las perspectivas a la sierra de la Demanda, hoy entre neblina
aunque con zoom se ve un poco mejor
Aparece entonces la ermita ahí abajo con el Cerro Plandero detrás y todo el lomo del Serradero
nos despedimos de estas magníficas vistas, giramos 90º a la izquierda
y emprendemos el pendiente descenso hacia la ermita que con nieve podría ser perfectamente esquiable
es otro momento estupendo, o un momentazo, como solíamos decir en otros tiempos...
ni en el acogedor porche ni en el exterior hay un banco donde sentarse
pero la ventana funciona de maravilla como mostrador de bar en el que acodarse a almorzar de pie
la gente sentada en las mesas no dio ninguna guerra
y hasta posaron para salir en nuestro blog
hora de irse... "que la cocina se estaba quedando fría"
Alberto recordó con emoción las dos veces que entró de joven en la cueva del Maestro y quisimos dar con su entrada, pero lo que no recordaba es dónde estaba. Junto al abrevadero del barranco yo encontré un senderito..., pero enseguida me di cuenta de que era un atajo para subir de nuevo a la ermita. Ya en casa encontré este wikiloc que la sitúa perfectamente para otra vez que vayamos por allí (la he dibujado aquí en amarillo: está cuarenta metros más abajo del camino a solo seis minutos)
seguimos camino hacia abajo
y contemplamos la belleza de las peñas al paso por las mismas
Dando la vuelta a la peña aparece al fondo, ay, la nueva pista que pasa por detrás de aquellas rocas
Eso hace ganar en valor al viejo camino que habíamos subido hace un rato y que ahora vemos de frente
en el descenso por la pista alguna foto más, como la de la subida al paso de la Cocucha entre Torrecilla y Nieva
y la última, la del atajo final del zigzag de la pista, en el ya no hay sendero, y por el que Rosalía consiguió pasar sin dañar su nuevo plumas amarillo (!) entre las pérfidas y casi invisibles zarzas
esta vez paré el reloj durante el almuerzo para que diera cuenta del tiempo real en marcha
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